En el caso español, el concepto de biblioteca pública aparece como algo revolucionario a partir del plan bibliotecario de María Moliner. Iba dirigido a la baja sociedad y analfabeta. Fue una revolución en el concepto de biblioteca, dentro del caso español, puesto que permitió que permitió comenzar la alfabetización para los sectores menos favorecidos.
La sociedad afortunadamente se ha ido formando, desarrollando culturalmente, y la biblioteca ha tenido importancia en este proceso de formación de la población. Pero la aparición de Internet ha hecho decaer el uso de la biblioteca y, por tanto, el concepto popular de biblioteca se ha quedado como poco más que una colección de libros. Los recursos de Internet son cada vez más numerosos y sustituyen quizá al acto de ir a una biblioteca y consultar in situ determinados documentos. El uso de Internet permite visualizar recursos en el propio hogar. Es decir, no es que sea mejor Internet que la bibllioteca, sino que esto no es más que una actitud de comodidad.
Por tanto, la biblioteca pública fue un elemento revolucionario para el desarrollo cultural hace más de dos siglos. Ahora quizá la mayoría tiene un concepto de biblioteca como colección de documentos, fundamentalmente libros y como lugar de estudio.
A pesar de que la biblioteca está un poco estancada, se atisba un nuevo concepto de biblioteca, como lugar de aprendizaje en las estrategias de búsqueda de información, para todos los ciudadanos. Nos referimos al concepto reciente de alfabetización informacional, término que revoluciona de nuevo el concepto de biblioteca, con una nueva función del bibliotecario, como encargado de enseñar las destrezas en la búsqueda de información, y con unos servicios que pueden ser utilizados por todos.
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